domingo, 29 de julio de 2012

El irlandés (2011)

El irlandés es un intento de comedia irlandesa (valga la redundancia) dirigida por John Michael McDonagh.



Hace unos cuantos años vi la película Arma fatal y descubrí una verdadera joyita. No era una comedia como la describía todo el mundo, era más bien un homenaje a la inglesa de las películas de acción. 

Por eso al ver el tráiler pensé: Esta será parecida. Llegué al cine y en el póster leí: «Fiel al estilo Monty Python. Ecran Large» y me froté las manos pensando otra joyita... Si alguien conoce al señor Large, enséñele este video o este otro e incluso este otro porque estoy seguro que al genial grupo inglés solo le conoce de oidas. En cuanto a los demás que sueltan cosas como «Te reirás a carcajadas.» tendrían que hacérselo mirar o ir al cine sin haber tomado ciertas sustancias.

Yo me reí una sola vez, el 98% de las personas que había en la sala no se rió en ningún momento y las risas que se escucharon del otro 2% se notaba y mucho que eran forzadas. Es una pena que en esta película hubiese tanta gente y sin embargo en la de Lobos de Arga, que le da mil vueltas, no hubiese nadie.

Empieza con un vehículo que viaja a toda velocidad ocupado por varios jóvenes puestos hasta las cejas, pasan por la patrulla en la que se encuentra nuestro protagonista, el sargento Boyle (Brendan Gleeson), se escucha un accidente y el guardia aparece allí. Debo decir que muy mal rodada la escena.

De golpe y porrazo nos enteramos que tiene una madre enferma (Fionnula Flanagan) y de golpe y porrazo le vemos llegando a lo que enseguida nos enteramos que es la escena de un crimen. Allí le está esperando un agente nuevo apellidado McBride (Rory Keenan). Hay un hombre muerto que no es del pueblo al que dan por nombre Juan Nadie.


Ese mismo día recibe una orden de presentarse en la central ya que les va a hablar el agente Wendell Everet (Don Cheadle) del FBI. En esta escena es el único momento en que me reí ya que el del FBI dice que saben que hay un cargamento de drogas con un valor de 500 millones y el jefe de los guardias irlandeses dice (para hacerse el chulo) «eso es la mitad de mil millones», les quedó bien. El guionista, y director, mete los típicos comentarios racistas que cree que harán gracia en boca de Boyle y este llama la atención de Wendell. A parte, el sargento se entera que Juan Nadie pertenece a un grupo de cuatro traficantes que casualmente están en su pueblo. 

Aparecen los otros tres traficantes en un coche con una conversación en la que el guionista, y directos, nos quiere hacer ver que es un tipo listo ya que habla de Nietzsche y otra serie de filósofos. El agente nuevo les para, no sé porqué, y los malos le matan. Otra escena muy, muy, mal rodada.


Los malos son : Francis (Liam Cunninghan), Clive (Mark Strong) y Liam (David Wilmot).

El caso es que el sargento lleva al pueblo al del FBI. Gabriela (Katarina Cas), la mujer del agente muerto, se presenta en la casa de Boyle diciéndole que su marido no ha vuelto del trabajo y de paso le cuenta que su marido es gay y que se casaron para que ella consiguiera los papeles y el pudiera quedarse en el armario.

No sabes a que atenerte en el resto del metraje, porque ni hay una investigación per se, ni hay cosas de humor. Solo historias inconexas. Boyle deja al del FBI solo por el pueblo ya que es su día de descanso y ha quedado con un par de putas, Aoife (Dominique McElligott) y Sinead (Sarah Greene).


Otra historia nos cuenta que un crío del pueblo encuentra unas armas perdidas del IRA, de las que Boyle sustrae un par. 


Otra historia nos cuenta que los traficantes tienen comprado al jefe de los guardias. En otro momento nos enseñan como Boyle y Wendell se cogen un pedo del 14.


He encontrado otra foto de las dos pilinguis y la pongo porque sí.


Los traficantes, que tienen comprados a todos menos a Boyle y han engañado al FBI diciendo que las drogas entrarán por otro lado, deciden matar a nuestro prota y mandan a Liam, el más sádico de ellos y también el más tonto porque le cuenta todo el plan y dónde se va a producir el desembarco. 

Boyle decide evitarlo, llama a  Wendell, y aunque este en un principio no le cree acaba yendo al lugar. La escena está realmente mal planificada. Es absurda. La película tiene un final agrio, pero feliz para todos los de la sala porque por fin podíamos marcharnos.


La palabra que mejor define esta película es TRUÑACO.

Es mala, comedia no tiene, la trama policíaca está mal llevada. Es lenta y aburrida. Una versión «quieroynopuedo» de Torrente, y eso que esas películas no son para tirar cohetes.

Los actores no lo hacen mal, dejando de lado lo malo de los papeles que tienen que interpretar.

El doblaje es bastante bueno. 

La banda sonora es de un grupo useño llamado Calexico, trata de homenajear a las películas de vaqueros y no sé porqué muchos de los temas tienen un aire hispano aflamencado. 


NOTA 3,8000189 DE 10

No gastéis vuestro dinero yendo a verla al cine. Recordad esto, esto y esto otro.


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