Oblivion es una película useña de ciencia ficción dirigida por Jospeh Kosinski.
¿Qué es Oblivion? ¿Es una malvada compañía, las siglas de algún experimento, el nombre del malo? Nones. Oblivion es, simple y llanamente, olvido en español. Pero parece que a las productoras en España les ha dado por menospreciar nuestro idioma y ultimamente hacen todas lo que la Fox lleva haciendo hace tiempo, repito que el título en otros países lo cambian pero aquí no, aquí el acomplejamiento, por ser bueno, o el desprecio por el español es bastante grande. Oblivion es, también, como los anglos llaman al río Lete, o río del olvido en la mitología griega.
A la película.
Hace tres años el señor director nos sorprendió con la secuela de Tron, clásico de los ochenta, y se ganó un puestazo en Hollywood. Así que para su siguiente proyecto decidió pasar a la pantalla grande una novela gráfica suya con el mismo título que aún no ha salido a la luz.
Hace tres años el señor director nos sorprendió con la secuela de Tron, clásico de los ochenta, y se ganó un puestazo en Hollywood. Así que para su siguiente proyecto decidió pasar a la pantalla grande una novela gráfica suya con el mismo título que aún no ha salido a la luz.
Jack (Tom Cruise) nos cuenta que la Tierra ya no es lo que era, que hubo una invasión extraterrestre que destrozó la luna y aunque conseguimos ganar dejamos el planeta hecho unos zorros y nos tuvimos que ir a una de las lunas de Júpiter. Pero el planeta no quedó vacío del todo ya que algunos extraterrestres permanecen en él y la gente de la Tierra usa el mar para generar energía a través de unos enormes edificios. Nos cuenta también que hubo un borrado general de memoria. Él trabaja con Victoria (Andrea Riseborugh, guapísima), su señora, manteniendo en orden los enormes edificios que hay en el mar, reparando los drones que los vigilan y evitando que los «traterrestres» les hagan cosas malas.
Pero, como habréis supuesto, Jack es un poco rebelde y le gusta investigar por su cuenta, descubrir sitios nuevos. Jack tiene un sueño recurrente, se ve a él mismo con una chica bien guapa mirando desde lo alto de uno de los rascacielos de Nueva York. Un día que el bueno de Jack está tumbado a la bartola en su escondite algo cae del cielo y él va a ver qué es. Para su sorpresa es una nave con cuatro humanos criogenizados, uno de los cuales es Julia (Olga Kurylenko, guapísima), la mujer con la que sueña.
Lleva a Julia a su plataforma y Victoria, aunque mantiene la calma, se altera un poco ya que les quedan solo dos semanas para dejar el trabajo y ella tiene muchas ganas de irse de allí. Julia y Jack van a por la caja negra de la nave y...
Conocerán a Beech (Morgan Freeman) y a Sykes (Nikolaj Coster-Waldau), líderes de la resistencia humana e irán descubriendo más cosas que le abrirán los ojos a Jack.
Cuando vi el tráiler la primera vez me gustó mucho y tenía ganas de verla. Aunque iba con miedo pensando que me iba a llevar un gran chasco ya que últimamente engañan mucho los anuncios y, ¡qué va! Es muchísimo mejor de lo que me esperaba. Dura dos horas, pero pasan rapidísimas. No es una obra maestra, pero entretiene. En las escenas de acción consigue que no te quedes quieto en el asiento. Hay dos o tres pegas, una de ellas: para mí los últimos dos minutos, más o menos, sobran. Quizá más que sobrar esos minutos sobra la voz en off de Jack.
Tiene muchos efectos especiales. Es de agradecer que con la cantidad de escenas de vuelos y persecuciones que hay no hayan caído en la tentación del dichoso 3D.
Los actores lo hacen muy bien.
El doblaje es realmente bueno.
Kosinski usó para la banda sonora de Tron al grupo Daft Punk y obtuvo muy buenos resultados, así que debió pensar que encargar la música a grupos no era mala idea y para Oblivion a usado a M83, no les había oído mentar en la vida, y la verdad es que no han hecho un mal trabajo aunque haya veces en las que me ha recordado a la música de Tron.
NOTA 7,821919364 DE 10
No sé si conocéis una serie titulada Más allá del límite, Oblivion es como un capítulo alargado de esa serie. Pero un capítulo bueno.
