Aprovechando que hoy estrenan la tercera temporada de la serie The walking dead os adelanto un par de cápitulos de mi nueva novela, a ver qué os parecen. Si os gusta no dudéis en compartirlo en vuestros muros. A ver si tengo suerte y lo lee alguna editorial o alguien que se interese en sacarlo a la luz. Os lo agradezco de antemano.
Capítulo 1
Sonaba música a través de los altavoces que un coche electoral parado en medio del puente tenía en el techo.
Había gente sentada
en la barandilla del puente que lleva al pueblo, todos con la soga ya puesta
al cuello y con las manos atadas por detrás. Aurora y Gemma se detuvieron para ver qué pasaba, los otros diez del grupo de la isla continuaron su marcha sin mirar a los lados. Los dos niños que había en el grupo
del puente lloraban gritando No y suplicando al
padre que no lo hiciese. Con la mirada perdida les empujó girando la cabeza
para no ver como caían.
Comenzó a sonar My weakness de Moby.
–¡Moby! –dijo Gemma en voz baja.
El
hombre que había sacrificado a sus hijos, empujó a un par de personas que se
encontraban cerca de él, se sentó en medio de las cuerdas que sostenían a sus
retoños y serenamente comenzó a atarse los pies. Aurora y Gemma retrocedieron sin dejar de mirarle.
–Tanto
tiempo renegando de Dios. Burlándome e insultando a los creyentes –terminó de
atarse los pies se giró y se colocó el lazó en el cuello–. Y ahora mismo daría
lo que fuese por poder llamar a un cura antes de morir y que me perdonase el
mal que he hecho.
Una mujer al fondo empujó también a sus pequeños y acto seguido se lanzó ella. El hombre se colocó unas esposas y arrojó las llaves, que cayeron junto al coche electoral.
Aurora estaba segura de que había visto a
ese hombre antes, con esa misma expresión de indiferencia, con la mirada perdida.
–Les convencí de que es lo mejor. Si tenéis algo de cordura haréis lo mismo.
Aurora se
quitó las gafas con la tonta ilusión de no ver lo que sucedía. El hombre se
lanzó y tras él, uno a uno, el resto del grupo. Parecía una tétrica coreografía
para que ese puenting extremo pegase con la música que sonaba en esos
momentos.
Las dos amigas volvieron al pueblo.
Capítulo 2
Aurora Españadero había pasado la noche en
la pequeña isleta que hay cerca de la entrada de Riaño junto con su amiga Gemma
Retamal y otras diez personas que al igual que ellas se habían arrojado al
embalse cuando el alboroto estaba en su punto más álgido.
La nieve cayó de una manera desigual casi
toda la noche. El silencio aterrador fue interrumpido un par de veces por
personas que al tratar de huir o buscar otro escondite eran alcanzadas por
aquellas ex personas.
Hasta que llegó el amanecer y vieron al
grupo que después se colgaría caminar por la carretera. En un principio debido
a la calígine y a la manera tan silente y calma en que caminaban pensaron que
eran muertos.
Un gesto de uno de ellos fue lo que impulsó
a Aurora a gritar, una figura femenina cogió a otra más pequeña y se lo puso a
caballito.
Eran unos cincuenta, de todas las edades y sexos.
–Nos escondimos en la iglesia. Hace un rato, media hora o más desde el campanario vieron como iban todos hacia Burón. –dijo una
anciana cuando el grupo hubo alcanzado la orilla–. Y decidimos salir –Se detuvo y toco el pelo de Gemma–. Deberíais quitaros esa ropa. Entrad en cualquier casa, no
creo que nadie os diga nada, y cambiaos. No sea que cojáis una pulmonía.
Aurora y los demás hicieron caso. No les
costó mucho entrar en las viviendas, todas tenían las puertas abiertas. Y
buscaron ropa que ponerse y algo para comer. Aurora incluso se dio una ducha
con agua caliente.
Al salir corrieron hacia el puente, aún
había niebla pero había clareado un poco, y se encontraron con aquel horror.