Hay una serie de actores useños que se dedican a hacer comedias simplonas, hechas ex profeso para su vanagloria, dedicadas más o menos a todos los públicos: Adam Sandler, Ben Stiller, Martin Lawrence, Rob Schneider... supongo que ya sabréis a quienes me refiero. Kevin James, el protagonista de ésta, es uno de ese grupo.
Mientras la veía me imaginaba el día que los guionistas, entre ellos el prota, se juntaron para escribir. Uno de ellos preguntaría: ¿De qué va a ir? Kevin contestaría: Será una película para mí... y para todos los públicos. Todos asentirían con la cabeza pensativos. Kevin diría en voz baja: Ayer vi la de Rocky, que buena película. Eso es, diría otro saltando sonriente de su silla, serás un boxeador. El resto aplaudiría la decisión, pero rápidamente negarían con la cabeza. No, que eso está muy visto. Vale, boxeador no pero ayer vi en la tele un programa de lucha mixta, de la UFC, y tiene mucha aceptación además ese campeonato podrá ayudarnos de alguna manera. Los aplausos que dieron hicieron pensar a la gente que pasaba cerca que en esa habitación había más gente. Kevin, pensativo y con una sonrisa de oreja a oreja, preguntaría: ¿Sabéis que película me gusta mucho? No, contestarían los otros. ¡Oh capitán, mi capitán!, declamaría Kevin levantándose. Los otros guionistas se quedarían flipados ante lo que considerarían un gusto cinematográfico exquisito. ¿Y si el protagonista fuese profesor?, preguntaría uno de ellos. Kevin se levantaría, daría la mano a quien acababa de decir eso y diría: ¡Fantástico! Manos a la obra.
Y así nos encontramos con que Kevin es Scott, un profesor que pasa mucho de su oficio pero que un día para evitar que el instituto en el que se trabaja, y para tocar las narices al director del mismo, quite la clase de música del profesor Streb (Henry Winkler), dice que conseguirá los 48.000 dólares para conservar la clase de música. Consigue la admiración de la enfermera Flores (Salma Hayek). Intenta conseguir el dinero dando clases a inmigrantes para conseguir la ciudadanía, pero la cosa no va bien. Uno de sus alumnos es Niko (Bas Rutten), un holandés que trabaja en un gimnasio y antes fue luchador, un día viendo en la tele un combate Niko dice que al perdedor le dan 10.000 dólares, a Scott se le enciende la bombilla y le dice que le entrene.
Y a partir de aquí veremos cosas que ya hemos visto en muchas películas: Scott pedirá a Niko que le entrene, peleará y perderá aunque irá cogiendo experiencia. Después conseguirá que Mark DellaGrotte (que se da un aire a Fito Cabrales) le entrene también y comenzará a ganar. Dejará de ser un profesor pasota y comenzará a transmitir experiencia y alegría a sus alumnos. Conseguirá que Flores le preste atención.
También le prestará atención la UFC, que hará que compita con Dietrich (Krzysztof Soszynski), su campeón, una mala bestia que no está muy de acuerdo con eso
Supongo que ya sabréis cómo acaba.
Hay muchas cosas que si te pones a pensar pensarás que están metidas por los pelos para tratar de hacer que sea una película agradable. Hay algunos fallos, que a mí me han salido de ojo, en la continuidad. Por ejemplo al principio Scott mueve una máquina para que le de una bolsa de patatas y caen dos, da una a un chaval que pasaba por ahí y se va corriendo y en el plano siguiente Scott aparece con dos bolsas otra vez.
Los actores no lo hacen mal. Hay un par de ellos, Rutten y DellaGrotte, que se nota que no son actores profesionales pero que lo intentan. Kevin James perdió unos 30 kilos para hacer su personaje.
El doblaje es realmente bueno.
De la música se encarga Rupert Gregson-Williams, compositor habitual de las películas de los actores que menté al principio, y no lo hace nada mal. No hay ninguna muestra de esta película así que os dejo algo de otra.
Es una película muy simplona, la típica que echan en Cuatro o en La sexta los fines de semana después de comer.
NOTA 5,399823 DE 10
Es una película muy simplona, la típica que echan en Cuatro o en La sexta los fines de semana después de comer.