El quinto elemento una película francesa de ciencia ficción dirigida por Luc Besson.
No hay tráiler en español.
Al parecer la historia de esta película la escribió el señor Besson siendo adolescente para escapar del aburrimiento. De como lo escribió siendo adolescente a lo visto en la pantalla hay muchos cambios, lógicamente. Fue la película europea más cara rodada hasta la fecha, 93 millones de presupuesto de los cuales 80 fueron para efectos especiales.
La idea inicial era rodarla en Francia, pero al no encontrar instalaciones adecuadas tuvieron que irse a Gran Bretaña, lo cual «partió el corazón» a su director.
Jean Paul Gaultier diseñó 900 prendas para la película y revisaba cada día la confección de las mismas. Cuentan que una sola chaqueta llegó a costar 5.000 dólares.
Se estrenó y se convirtió en todo un éxito, aunque se encuentra en la lista negra del feminismo. No les gusta porque hasta pasados veinte minutos del comienzo no aparece ninguna mujer, porque las mujeres son tratadas como sujetos pasivos, sexualizadas y despojadas de su femineidad, porque Willis es el típico macho que salva a la tribu...
Recaudó cerca de 300 millones a nivel mundial. Cuando se convirtió en un éxito Alejandro Jodorowsky y Moebius denunciaron a la productora por plagiar su saga El incal, pero la denuncia fue desestimada porque las semajanzas eran mínimas y porque Moebius había estado trabajando como asesor en la película.
Comienza en Egipto, en 1914. Alguien está leyendo unas escrituras que cuentan una leyenda sobre un mal que acecha a la Tierra y que se salvará gracias a un quinto elemento. En ese momento aparece una nave espacial de la que salen unos extraños seres, los mondosauans. Al ver que casi son descubiertos deciden llevarse todo lo que hay ahí, unas misteriosas piedras y al quinto elemento, y dicen que volverán 300 años después.
Algo más de 300 años después, en el año 2263, un misterioso planeta aparece y va creciendo cada vez que lo disparan. Un misterioso sacerdote, el padre Vito Cornelio (Ian Holm), cuenta que esa es una grave amenaza para la humanidad, pero que los mondosauans están a punto de llegar para ayudarles. Desgraciadamente la nave es derribada, aunque gracias a una gigantesca impresora 3D podrán recomponer a uno de los tripulantes que resultará ser Lilu (Milla Jovovich), el quinto elemento. La recien creada se escapa y va a caer al taxi de Korben Dallas (Bruce Willis). Korben se quedará prendado de ella y la pondrá en contacto con el padre Cornelio.
Conoceremos también al malo, un histriónico personaje llamado Zorg (Gary Oldman) que trabaja para el ser que quiere destruir la Tierra. Y ha contratado a un grupo de guerreros de la raza mangalor, a los que les hará un feo muy grande y les convertirá en sus enemigos.
Todo se irá complicando más ya que para poder salvar nuestro planeta, o condenarlo, hacen falta las piedras que tiene en su poder una cantante de ópera un tanto apitufada. Para hacerse con las piedras mandan a Korben, no he contado que es un ex soldado de lo mejor y en vez de mandarlo y punto hacen que le toque un concurso de una marca de croquetas que patrocina el programa radiofónico más escuchado de la galaxia, el de el extravagante Rubhy Rod (Chris Tucker).
Y, como habréis supuesto, conseguirán las piedras, salvarán nuestro bello planeta y serán felices y comerán perdices.
No es una mala película, aunque si os soy sincero es muy normalilla. Tiene momentos algo tontos y otros en los que creo que homenajea a otras películas, ese principio a lo Stargate. Es curioso que los buenos y el malo no coincidan en toda la película; Zorg no conoce de la existencia de Lilu y Korben y viceversa.
Los actores lo hacen muy bien todos.
Los efectos especiales están realmente bien.
El doblaje es muy bueno.
Y ahora llegamos a lo peor de la película, la banda sonora. Eric Serra consigue que baje la puntuación de la película ya que su música no pega ni con cola, aunque haya momentos majos. De siempre me pareció ridícula la escena de la cantante de ópera, la parte en la que canta «El dulce sueño» de Gaetano Donizetti está bien, pero lo que llega después...