La gran huida es una producción estadounidense de aventuras dirigida por Joseph Ruben.
No hay tráiler en español.
El póster engaña un montonazo, pero como era la época en que Indiana Jones lo petaba...
Recuerdo esta película porque fue la única que mi abuela Sara eligió de todas las que fuimos a ver. Llegué un día a su casa y me dijo: «mañana vamos a ver una película, que he visto el anuncio y tiene que estar bien». Y al día siguiente nos fuimos chino chano al cine Coca y la vimos. No sé si acabó gustándola, a mí sí, al menos no salí descontento del cine.
Al parecer la historia viene del libro El señor de los sueños de Roger Zelazny, el autor cuenta que no se le incluyó en los créditos por problemas con la Fox. Se estrenó unos meses antes que Pesadilla en Elm Street, con la que guarda algún que otro parecido.
Tuvo una buena acogida en taquilla recaudó en los EE. UU. más de 12 millones de dólares, su presupuesto fue de 6. Yasutaka Tsutsui escribió años después la novela Paprika, que tiene alguna semejanza en la trama.
Comienza esta historia con una mujer corriendo y una explosión nuclear tras ella, alguien se despierta aterrado y ese alguien resulta ser el presidente de los EE. UU. (Eddie Albert). Luego nos presentan a Álex (Dennis Quaid), es un chaval que tiene ciertos poderes psíquicos y los usa en las apuestas, por eso ciertas personas del hipódromo quieren darle un «regalito». Quiere el azar que el día que le van a dar el «regalito» aparezcan un par de personas en la puerta de Álex para pedirle que les acompañe, él acepta. Al llegar al sitio al que le llevan conoce a Jane (Kate Capshaw), una médico que trabaja en un experimento secreto, y se reencuentra con el doctor Novotny (Max Von Sydow) alguien con quien ya trabajó tiempo atrás.
Álex le pide que le cuente de qué va el experimento y Novotny le dice que han conseguido meterse en los sueños de la gente y que con ello esperan ayudar a la gente. Ya tienen a dos psíquicos trabajando en el experimento, pero el doctor piensa que su amigo es mejor que los otros. Nuestro protagonista acepta y consigue meterse en pesadillas normalonas, por así decirlo. Todo cambia cuando conoce a Buddy (Cory Yothers), un chavalín que tiene unas pesadillas tan horribles que acaban volviendo loco a otro de los psíquicos. Álex, como habréis supuesto, entrará en esa pesadilla y salvará al chaval.
Conoceremos también a los malos: Tommy Ray (David Patrick Kelly), el psíquico que queda y Bob Blair (Christopher Plummer), un misterioso personaje que tiene más poder que el propio presidente de los EE. UU. y que quiere usar ese experimento para algo no muy bueno.
Álex descubrirá lo que Blair trama gracias a la ayuda de un escritor (George Wendt) y logrará salvar al presidente, ligarse a la chica e irse de vacaciones.
Es una película curiosilla, no es una joya, pero al menos no aburre.
Los efectos especiales son algo cutres.
Los actores hacen bien su trabajo.
El doblaje de la versión que he visto es bueno. El doblaje original no lo recuerdo, pero seguro que no estaba mal.
De la banda sonora se encarga Maurice Jarre y es... mala. Los productores le pidieron algo sinfónico y él decidió hacerlo con sintetizadores y, aunque hay alguna parte curiosa, el resultado es malo. Es de las pocas bandas sonoras que conozco que estropean la película.
NOTA 6,210919 DE 10
Si sois «ochenteños» esta película os gustará y si no y la veis no perderéis mucho tiempo con ella.