Criminal es una coproducción anglouseña de acción dirigida por Ariel Vromen.
Poco me esperaba después de ver el tráiler, poco me esperaba después de saber que ha sido un fracasazo en taquilla (32 millones de presupuesto y solo ha recaudado 14 a nivel mundial), a pesar de contar con una cantidad enorme de actores conocidos.
Pero la he visto y me ha gustado.
La historia comienza presentándonos a Bill Pope (Ryan Reynolds) un agente de la CIA que ha contactado con un hacker apodado el holandés (Michael Pitt) que ha conseguido hacerse con el control informático de algo muy importante para los EE. UU. que un terrorista español llamado Xavier Heimdahl (Jordi Mollá) típico ejemplo de miembro de Podemos, rico y que quiere acabar con los gobiernos.
Pope acaba siendo torturado y en muy mal estado. Para ello el gobierno useño se pone en contacto con el doctor Franks (Tommy Lee Jones) que tiene un método con el que puede pasar los recuerdos de una persona a otra. El doctor, no sé el porqué, decide que la mejor persona para realizar la prueba es Jericho (Kevin Costner), un asesino que no tiene sentimientos. Trasladan a Jericho a Londres y comienza el experimento.
Tras «pasar» los recuerdos de Pope a Jericho, Wells (Gary Oldman), el jefe de la misión, comienza a presionar a su cobaya, pero este no recuerda nada. Deciden devolverle a EE. UU. , pero este se escapa y comienza a deambular por la ciudad y a recordar cosas.
Se pone en contacto con la mujer de Pope, el «podemita» se entera del experimento y va tras él. Y bueno, acaba bien, aunque no me ha gustado mucho ese final. Podían habérselo currado un poquito más.
No es una mala película. Aunque haya momentos muy tópicos están bien llevados, para mí el fracaso es inmerecido.
Los actores lo hacen bien todos.
El doblaje es muy bueno.
De la música se encargan Brian Tyler y Keith Power y es curiosilla.