Don erre que erre es una comedia española dirigida por José Luis Sáenz de Heredia.
Estoy seguro que no hay nadie en este país, España, que no haya visto alguna película de Paco Martínez Soria. Esta divertidísima comedia de la que voy a hablar hoy es para mí la mejor que tiene.
Estoy seguro que no hay nadie en este país, España, que no haya visto alguna película de Paco Martínez Soria. Esta divertidísima comedia de la que voy a hablar hoy es para mí la mejor que tiene.
Comienza con el matrimonio compuesto por Rodrigo Quesada (Paco Martinez Soria) y Luisa (Mari Carmen Prendes) yendo al entierro del padre de ella. Paran a echar gasolina y el gasolinero no quiere aceptar un billete de mil pesetas diciendo que no tiene cambio, en un principio Paco decide ver si alguien le da cambio pero al no encontrarlo vuelve. El gasolinero sigue sin querer cambiarlo y Paco le dice que según el decreto ley del 18 de marzo del 52 debería tenerlo.
Se monta una trifulca que se alarga en el tiempo y la pobre mujer no puede enterrar al padre. Después nos enteramos que tiene una empresa y una hija llamada Marisa (Josele Román), que está coladita por su vecino Valentín (José Sacristán), un joven abogado deseoso de tener su primer pleito.
Y en este momento es cuando llega la situación que desencadena todo. Paco Martínez Soria va al banco y se produce un atraco en el momento que le dan el cambio, llevándose su 257 pesetas. Él al terminar todo exige sus dinero pero el cajero no lo hace y se monta otra buena.
Al salir del banco ve que le han puesto una multa y al considerar que se la han puesto de modo justo le paga.
Estas situaciones son vistas por un periodista que lo saca todo en portada.
No es que el protagonistas sea un cascarrabias, es un cabezón que lo que quiere es que se haga lo justo aunque le afecte a él en negativo. Siempre he dicho que me gustaría ser como ese personaje, con principios que no cambia por nada.
Acelerando que es gerundio. Al hacerse eco la prensa la cosa toma otro cariz, hay un tira y afloja con el banco que a veces quiere devolverle el dinero y otras no, debido a la cabezonería de Briceño (Tomás Blanco), director del banco. Os pongo una escena divertidísima con ambos:
La película acaba como tiene que acabar, dándole la razón al protagonista y consiguiendo que su mujer quede embarazada, a pesar de la edad de ambos. Otra que consigue su objetivo es la hija que se casa con el vecino pero yendo a la boda se comete otro acto de injusticia para con él por lo que la hija, sabiendo que irá para largo, decide casarse sin la presencia del padre.
Una película, repito, divertidísima, con una buena historia.
Una fotografía muy buena también y una banda sonora compuesta por Ángel Arteaga que no está nada mal.
NOTA 10 DE 10
Hay gente que desprecia el cine de esa época dejándose llevar por el odio. Como está realizada en ciertos años que a ellos no les gustan las ponen a caer de un burro. Pero viéndolas desde la imparcialidad no son malas.