—¡Megustas!...
—sonó muy vago. Él carraspeó y volvió a repetir— ¡Me gustas!... —hizo un gesto
moviendo la cabeza y repitió—¡ME —abrió los brazos de par en par, puso una gran
sonrisa y guiñó un ojo al espejo—... GUSTAS!
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Ella cogió el
bolígrafo rojo y rodeó en ese color un TE QUIERO que ocupaba casi toda la
página con un corazón. Dibujó la punta de la flecha saliendo por la parte de
arriba del corazón y sonrió. Miró por la ventana, luego al reloj y volvió a sonreír
mientras rodeaba el corazón con el nombre de él.
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—¡Yo a ti más!
—dijo él con una expresión muy seria en el rostro, ella ni siquiera subió la
mirada de la taza.
—¡Yo a ti más!
—dijo ella mientras revolvía el café.
Él abrió mucho los
ojos de una manera ridícula sacando los dientes superiores y entornando los
ojos.
—¡Yo a ti más! —se
le cayó algo de babilla y la sorbió.
Ella sorprendida
le miró y le costó mucho no reír, agachó la cabeza, miró de reojo y al ver que
él observaba la calle sacó la lengua, puso los ojos en blanco y movió la cabeza
burlonamente, creyendo que él no la miraba. A él la sonrisa le ocupó toda la
cara al ver lo que ella hacía.
Ella dijo— ¡Yo a
ti más!
Él acercó su cara
a la de ella y posó sufrente en la de ella. Las narices se movieron realizando
un beso esquimal. Ella sonrió, él también. Sus labios se juntaron después de
decir un último:
—¡YO A TI
MÁS!
Para acabar de leerlo, bájalo de aquí.
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