La prueba del crimen es una coproducción germano-useña de acción dirigida por Wayne Kramer.
No hay tráiler en español.
Esta es otra de esas películas de las que no sabía qué me iba a esperar y que me sorprendido gratamente.
Comienza la película de una manera sorprendente: un chaval y un hombre salen corriendo de un local y se meten en un coche. El hombre le dice que no se preocupe, van empapados en sangre.
Cortamos a dieciocho horas atrás, vemos al hombre que se llama Joey (Paul Walker) metido en un intercambio drogas dinero, de repente alguien irrumpe en la habitación y se monta una buena. Tiros y muertos por todos lados. No fastidio nada al decir que los que entraron eran polis corruptos, yo lo supe nada más entraron por la puerta.
Vemos al crío de la primera escena, Oleg (Cameron Bright), jugando al hockey con otro chaval, Nicky (Alex Neuberger) en un sótano. Oleg es un chaval que nunca sonríe.
A Joey le entregan las armas que se han usado en el tiroteo para que las haga desaparecer. Llega a casa y se pega el lote con Teresa (Vera Farmiga), su mujer, y baja al sótano en el que guarda las pistolas. Los críos, escondidos, ven cómo lo hace.
Oleg se va a casa. Anzor (Karel Roden), su padrastro, es un ruso fanático de el duque osease Jhon Wayne, creo que es a este al que se refiere Loquillo en su canción (por cierto, creo que habría que mantear a Dani Martín por su versión) que le castiga sin comer. Su madre, Mila (Ivana Milicevic), es una ex prostitua que aunque quiere muchísimo a su hijo, no hace nada, ya que le debe la vida a Anzor.
Aquí es cuando lo gordo comienza. En el mismo momento que la familia de Joey está cenando, Anzor está dando una paliza a su mujer. Oleg baja de su habitación con una pistola que ha cogido de Joey y le pega varios tiros. Alguno sale de la casa y llega hasta el comedor de Joey, que lógicamente se altera y mucho.
Se entera de que el chaval le ha robado la pistola y sale en su búsqueda, si descubren que no se ha deshecho de la pistola se le puede caer el pelo. Todo se empieza a liar más y más. La noche se convierte en una durísima prueba para Joey por un lado y para Oleg por otro. El crío va dando bandazos encontrándose con lo peor de lo peor. Un drogata que le usa como escudo. Un chulo, al que asusta cuando intenta agredir a su «representada», etc.
Joey, mientras tanto, recorre la ciudad en busca del chaval y, lo que es más importante para él, la pistola. La gente para los que trabaja comienzan a desconfiar de él. En un momento de la noche Oleg y Nicky coinciden y deciden esconder la pistola.
Nicky teme que su padre le haga algo a su amigo así que se lo oculta durante un rato. Después se lo cuenta y al volver a por la pistola ven que ha desparecido. Las penurias de Oleg no terminan, es encontrado por la policía que le lleva a la comisaría en la que el poli malo trata de que le diga de dónde ha sacado el arma. Como no lo consigue, amenaza a Anzor y le obliga a sacar una confesión a su hijastro. El chaval se escapa del padrastro, pero sale de Guatemala para caer en Guatepeor ya que se esconde en la furgoneta de un matrimonio pederasta.
Joey busca la pistola por toda la ciudad, va siguiendo diferentes pistas pero la pistola va pasando de mano en mano a una velocidad pasmosa.
Oleg consigue llamar a casa de su amigo, Teresa coge el teléfono y queda pillada al escuchar lo que le cuenta el chico. Mirando en el botiquín el chaval ve la dirección de sus captores y se la dice. Teresa va a salvarle. Al llegar a la casa los pederastas se comportan como unos padres modelos, pero a Teresa algo no le cuadra.
Oleg consigue llamar a casa de su amigo, Teresa coge el teléfono y queda pillada al escuchar lo que le cuenta el chico. Mirando en el botiquín el chaval ve la dirección de sus captores y se la dice. Teresa va a salvarle. Al llegar a la casa los pederastas se comportan como unos padres modelos, pero a Teresa algo no le cuadra.
Rescata a los críos y llama a su marido. Él se queda con Oleg y ella vuelve a casa con su hijo. Pero no todo está resuelto. Los mafiosos les encuentran y les llevan a un estadio de Hockey en el que tratan de sacar al crío una confesión y apalizan a Joey. Se vuelve a montar una buena, muchos tiros y muchos muertos.
Cuando parecía que ya todo había acabado aparece el chulo al que Oleg asustó y trata de matarlo, y aquí es donde se junta con la escena del principio.
La película está realmente bien. Quizá hay momentos en los que sobren algunos tacos, no digo que una historia así no los necesite, pero sí que hay momentos en que notas que están forzados. Es bastante durilla en las escenas de acción, así que no creo que sea muy del gusto de todos.
Los actores lo hacen muy bien todos. Sientes empatía por el personaje del niño Oleg. Me daba pena todo lo que estaba pasando el crío.
El doblaje está muy, muy bien.
Mark Isham ha compuesto una banda sonora extraña, pero buena.
NOTA 7,798217121216 DE 10
Repito que es un pelín violenta pero merece la pena verla.