Mátalos suavemente es una película estadounidense de arte y ensayo dirigida por Andrew Dominik basada en la novela del mismo título de George V. Higgins.
Deberían dar un premio a la que gente que hace los anuncios de ciertas películas pues consiguen concentrar en un par de minutos lo mejor de las mismas y te engañan de una manera vil.
Vaya peliculón, pensé al ver el tráiler. Tate, me dije cuando vi que había estado nominada a la palma de oro en Cannes. Vaya mala suerte tengo últimamente con las películas porque esta es un truño, no tan grande como la de Monsters pero casi.
La historia comienza con Johny (Vincent Curatola), un tío que se cree listo y quiere dar un golpe y que para ello llama a Frankie(Scoot McNairy), un pringadillo, y este pringadillo llama a su amigo Rusell (Ben Mendelsohn), un drogata, para que le ayude.
El plan consiste en atracar las timbas que vigila Trattman (Ray Liotta), ya que años atrás pasó algo parecido y aunque al principio Trattman negaba su relación una noche de borracheras acabó confesándolo entre risas y salió impune, así que si le atracan todo el mundo pensará que fue él.
Atracan, todo sale medianamente bien para los atracadores, mal para Trattman, pero como supondréis sabrán quienes dieron el golpe. Entonces aparece Jackie (Brad Pitt), un asesino a sueldo de la vieja escuela que no se puede creer que la mafia funcione como una empresa y no quieran que se mate a gente y haya que consultarlo todo.
Como no quiere matar a Jhony porque le conoce pide que llamen a otro asesino conocido suyo llamado Mickey (James Gandolfini), para que haga ese trabajo. Pero Mickey es un borrachuzo putero del copón y no hace lo pedido.
Y bueno no os digo más pero supongo que sabréis que la mafia se sale con la suya.
Es aburrida, muy aburrida, aburridísima, aunque tiene un momento realmente bueno que es cuando matan a Trattman. Una película hecha por gente que va de lista para gente que va de lista. Quiere ser una película tarantinesca con escenas de largos diálogos, hay situaciones que no tienen sentido y sobre todo es una película homenaje a Obama. Cada poco salen trozos de sus discursos.
La escena en que se ven Jackie y Mickey es una delicia para los que se dedican a buscar fallos. No se aclaran de cuando ha estado bebiendo cerveza, de cuando Martinis, de cómo estaba de lleno el vaso de cerveza, de sí los Martinis estaban llenos o vacios.
Los actores no me han parecido malos.
El doblaje es muy bueno.
No tiene banda sonora, como es una película para listos, pone canciones antiguas en algunos momentos. Os dejo con una de las canciones con el gran Johnny Cash.
NOTA 3,182273 DE 10
Acabo repitiendo que es aburridísima y mala.