Kong: la isla calavera es una película coproducida entre EE.UU. , Canadá, Australia y China dirigida por Jordan Voght-Roberts.
Nos encontramos ante la segunda aventura de lo que han decidido llamar el «monstruoverso», la primera fue Godzilla, un universo que a mi gusto le está saliendo a Warner mejor que el de DC. Su intención es hacer una película con los dos gigantes. Ha contado con un presupuesto de 185 millones de dólares que ha recuperado muy fácilmente, 552 lleva recaudados en estos momentos. Es curioso como últimamente en Hollywood para poder entrar en el mercado chino están metiendo actores de esa nacionalidad en todas sus películas.
El guión pasó por varias manos. El dibujante Joe de Vito denunció a las productoras porque, según él, usaron cosas de su obra sin su permiso. Sufrió cambios también el reparto, a mi modo de ver, para mejor. El rodaje tuvo lugar por lugares muy exóticos: desde Vietnam a Hawái pasando por Australia.
La película comienza en la segunda guerra mundial. Dos aviones caen en una isla. Los dos aviadores luchan, se adentran en la selva y... Es cosa mía o la secuencia inicial es un calco de la secuencia inicial de El ejército de las tinieblas.
Estamos en 1973, James Conrad (John Goodman), un excéntrico personaje, y su ayudante Houston Brooks (Corey Hawkins) consiguen que un senador les financie una exploración científica a una isla recién descubierta.
Pasamos a Vietnam. La guerra ha terminado, el ejercito useño se retira. Allí le encomiendan la misión de acompañar la exploración científica al mejor equipo operativo... No, no es El equipo A... El teniente coronel Packard (Samuel L. Jackson) acepta gustoso porque el fin de la guerra no le gusta mucho.
Se unen al grupo James Conrad (Tom Hiddleston), un ex miembro del ejercito inglés y Mason Weaver (Brie Larson, guapísima) una periodísta pijipogre a la que no le gusta el ejército y desconfía de lo que se va a hacer.
Llegan a la isla y en vez de hacer las cosas bien, se dedican a tirar bombas. Y ¿para qué quieres más? Aparece un gorila gigantesco que derriba todos los helicópteros. Los supervivientes emprenden camino hacia el punto de recogida y se forman dos grupos, uno con la periodista y el aventurero que encuentran al soldado de la segunda guerra mundial (John C. Reilly) que vive con una tribu aborigen y les dice que Kong es bueno y que es el último de su especie y que protege al mundo de unos seres calavera más malos que la quina, y otro que lidera el teniente coronel que se la tiene jurada a Kong por diezmar a sus hombres y quiere acabar con el gorila.
Pasarán muchos malos ratos. Ayudarán a Kong a acabar con el jefe de los monstruos calavera y volverán, diezmados a la civilización.
Me ha sorprendido. No me ha gustado ninguna de las anteriores versiones de King Kong, la de Peter Jackson me aburrió sobremanera, pero esta está muy bien. Entretiene en todo momento, y aunque hay cosillas que no me han gustado demasiado, como la escena en los créditos en la que el viejo soldado vuelve a casa, puedo decir que para mí es un peliculón.
Una fotografía muy buena. Los paisajes espectaculares. Los efectos especiales son buenos, el que más pensaba que iba a cantar (Kong) es el que menos.
Los actores lo hacen bien todos.
El doblaje es muy bueno. Lo único que me pareció un poco bobo es que no doblasen a los presidentes useños.
Desde aquí mi apoyo a los actores de doblaje madrileños que se encuentran en huelga. Sois buenos y os merecéis lo que pedís.
De la banda sonora se encarga Henry Jackman, y lo ha hecho como suele, muy bien.
NOTA 7,990076 DE 10
Si queréis pasar un buen rato, esta es vuestra película. A ver qué tal les sale la tercera parte del «monstruoverso» que será la que de paso al combate entre Kong y Godzilla.