Un largo adiós es una película estadounidense de detectives de arte y ensayo dirigida por Robert Altman.
No hay tráiler en español.
Soy admirador de Arnold Schwarzenneger, si alguien que lea esto sigue el blog lo sabrá, y llevaba mucho tiempo queriendo ver esta película, la segunda que hizo. El caso es que miré la ficha en imdb y al ver que ponía que era de detectives, de Philip Marlowe para ser más exacto, con una nota de 7,6 y de los setenta pensé que estaría bien. He aprovechado para verla esta tarde con mi madre, la encantan las pelis y series de detectives, y... La frase que usó al acabar fue la siguiente: ¡Qué rollo de película!
Comienza presentándonos a Philip Marlowe (Elliot Gould), su gato le despierta mediada la noche para que le de de comer. Él como quiere mucho a su animal y ve que no tiene comida va al súper a buscársela.
Al volver a casa se encuentra con un amigo que le pide un favor, que le lleve a la frontera con México. Llega a casa y le está esperando la policía que se le lleva a comisaría para preguntarle por su amigo ya que la mujer de este ha aparecido muerta. Encarcelan al detective. ¿Parece interesante, a qué sí? Pues no lo es, hay muchas situaciones estúpidas, peli para intelectuales.
El caso es que Marlowe sale de la cárcel y se entera de que su amigo a aparecido muerto en México. Al tiempo le llega un encargo, una mujer llamada Eileen (Nina van Pallandt) quiere que descubra dónde está Roger (Sterlig Hayden), su marido.
Marlowe descubre el lugar en el que se encuentra Roger, una clínica de desintoxicación, es una secuencia realmente estúpida, con cosas que supongo yo que ellos creían graciosas pero que no lo son. Lleva a Roger a casa y hace amistad con el matrimonio.
Calma, me decía yo, ahora saldrá Arnold y comenzará lo bueno... que va, que va, que va.
Aparece un mafioso con su grupo de matones que cuenta al detective que su amigo le ha mangado 350.000 dólares y para demostrarle lo duro que es, revienta una botella en la cara de su querida (la del mafioso) y le dice a Marlowe que a ella la quiere y a él (a Marlowe) no. Puede parecer una secuencia interesante, pero tal y como está rodada queda ridícula.
El detective viaja a México para investigar la muerte del amigo. Durante la secuencia se recurre a los tópicos mexicanos, y es más a la ignorancia sobre el mundo hispano en general: hay un plano en que al fondo se ve a dos perros dale que te pego, supongo que les hizo gracia cuando lo rodaron y lo dejaron, la cámara hace un zoom hasta dejarles a ellos solos, la música que suena de fondo es... efectivamente: una canción de flamenco, fallo para el señor Williams.
Calma, ahora saldrá Arnold. Me seguía repitiendo.
Marlowe vuelve a territorio useño. Y la película se resuelve, aunque tarda mucho en hacerlo. Con secuencias que no tienen nada que ver con la trama, lentas y aburridas. Con más situaciones estúpidas.
Ah, y sí sale Arnold. Es un sicario del mafioso con bigotín. En otra secuencia bastante estúpida. El malo llama a su querida, que tiene la cara cubierta de vendas, y le cuenta a Marlowe que cuando la fue a pedir perdón se quedó desnudo en el hospital y que el detective debería hacer lo mismo. Todos los sicarios comienzan a desvestirse, Arnold el primero.
¡Qué peli más mala! La sobran cuarenta de los cien minutos que dura. Es lentota, ridícula (pero no hace reir), sin sentido en la resolución. Un truñín.
El tabaquismo de Marlowe es totalmente exagerado, seguro que hasta para la gente que fuma.
Además acaba burlándose de nosotros, los últimos segundos tienen de fondo musical la canción Hooray for Hollywood, yo creo que querían decir: Hemos hecho esta mi... y os la habéis tragado, ¡hurra por Hollywood!
De la parte actoral nada malo que decir.
El doblaje cojonudo, como todos los de aquellas épocas.
La banda sonora... La peor de John Williams y con diferencia. Solo hay un tema repetido durante toda la película de distintas maneras, empieza siendo una canción cantada por un hombre, luego por una mujer, si va a México es la misma pieza con aires «mejicoaflamencaos» (escena de los perros), si entra en un bar un pianista la está tocando. Así es la intelectualidad.
NOTA 3, 191712 de 10
Si sois de los que os gustan las historias de detectives tipo Colombo, la Fletcher, CSI y demás no perdáis el tiempo con esta. O bueno, vedla para que veáis lo que yo he visto.