Desafío total es una película estadounidense de ciencia ficción dirigida por Paul Verhoeven basada en el relato de Phillip K. Dick titulado «Podemos recordarlo todo por usted».
Mediaba la década de los 70 cuando Dan O´Bannon y Ronald Shusset compraron los derechos del relato al señor Dick. Se pusieron manos a la obra y vieron que su producción sería muy costosa, así que lo dejaron e idearon otra cosa.
Llegaron los 80 y los derechos cayeron en manos del señor De Laurentiis que para su visión quería como protagonista a Richard Dreyfuss o a Patrick Swayze y ya tenía apalabrado como director a David Cronenberg, que aportó bastantes ideas al guión; los mutantes y Kuato son cosa suya (picad aquí para ver diseños de esa versión no realizada). Cronenberg, sin embargo, quería a William Hurt como protagonista.
La producción seguía siendo costosa, pero el famoso productor decidió intentar conseguirla gracias a los beneficios que pensaba obtener con esta otra, que aunque funcionó no lo hizo tan bien como esperaban y la productora cayó en bancarrota. Arnold no perdió el tiempo y consiguió que otra productora, Carolco, comprase los derechos y le pusiese a él como protagonista, con un salario de 10 millones de dólares más un 15% de los beneficios. Arnold consiguió también que el director fuese Verhoeven con el que estuvo a punto de trabajar en Robocop, película de la que iba a ser protagonista pero que no pudo rodar debido a su tamaño.
Se cambiaron bastantes cosas, una de ellas el oficio del protagonista que pasó de ser un pelanas de oficina a un obrero de la construcción gracias a una sugerencia de Arnold. También gracias a él, no es peloteo, tenemos las escenas de Marte ya que aunque estaban en el guión los productores no querían rodarlas porque se dispararía el presupuesto.
El 99% de la película fue rodado en México donde casi todo el equipo sufrió una grave intoxicación alimentaria. Digo casi todo porque solo dos se libraron; el guionista Ronald Shusset y Arnold, que ya habían tenido problemas en anteriores visitas a ese país y todo lo que tomaban se lo traían de fuera.
A falta de tres semanas se presentaba dos grandes problemas: El primero era que iban a darla una clasificación X debido a la violencia que tenía, lo solucionaron cambiando los ángulos de cámara en algunas escenas y el segundo problema era que la promoción estaba siendo escasa y temían que fracasase así que decidieron subir el gasto de promoción y chaas... Recuperó con creces los 65 millones de dólares que costó.
Fue tal el éxito que se escribió una secuela, basada también en un relato del señor Dick, en la que Douglas Quaid trabajaba para la ley en un grupo que empleaba a los mutantes marcianos para evitar crímenes que aún no se habían cometido... ¿Os suena? Años después Spielberg rodó Minority Report basándose en el mismo relato corto.
Y ahora a la película.
Comienza en Marte. Una pareja sube una montaña, pero al llegar a lo alto algo les sucede y... Douglas Quaid (Arnold Schwarzenneger) se despierta asustado.
Lori (Sharon Stone), su señora esposa, le tranquiliza. Todo era una pesadilla. Se levantan para ir a trabajar, pero Quaid siente que le falta algo. De camino al curre ve unos anuncios de una empresa llamada Memo recall que promete aventuras sin moverse de la ciudad. Tras una dura jornada dándole al martillo nuestro protagonista decide ir a esa empresa. Le cuentan que lo único que hacen es implantarle una serie de recuerdos en el cerebro que él creerá ciertos. Accede a ello, pero lo que no sospechaba nadie es que alguien había tratado de borrarle los suyos.
Nuestro protagonista se despierta en un taxi, no recuerda nada de lo ocurrido, pero alguien quiere matarle. Logra llegar a casa en la que Lori le está esperando con muchas balas. Tras una pelea Quaid se entera que no se llama así, que su nombre verdadero es Hauser y que estuvo en Marte. Se escapa de un agente llamado Ritcher (Michael Ironside) y poco después conoce a un hombre misterioso que le da una caja en la que hay una pantalla de vídeo y una grabación en la que él mismo le cuenta todo lo que ha pasado.
Se embarca en un vuelo hacia Marte, al llegar sucede la famosa escena de la mujer gorda, y una vez allí va a los bajos fondos. En un burdel se encuentra con Melina (Rachel Ticotin) que fue su novia cuando era Hauser. Mientras, el gobernador de Marte (Ronny Cox) trata de que nuestro protagonista no saque a la luz un gran secreto. Primero tratando de hacerle creer que mientras estuvo en Memo recall le fundieron el cerebro y todo lo que está viviendo es un sueño, aunque no funciona y después saca el As de la manga, todo es una invención del propio Hauser para dar con los mutantes marcianos. Pero nuestro protagonista decide no creerse a sí mismo, consigue huir, contactar con los mutantes y conocer a Kuato, un ser con poderes mentales que vive en el cuerpo de George (Marshall Bell), líder de los marcianos.
Pero todo se complica ya que entre ellos entró un traidor. Hauser y Melina escapan y nuestro protagonista llega a una zona que no recordaba pero que Kuato sacó de su mente. En ella hay un gran aparato para provocar una fusión que los gobernantes creen que se cargará el planeta.
Quaid sabe que no y la activa. Gracias a esa hazaña la atmósfera de Marte se llena de oxígeno. Termina tratando de hacernos dudar, ¿ha sucedido todo realmente o ha sido el sueño contratado?
Es un peliculón. Tiene acción, humor, aventura, lo tiene todo.
Los actores lo hacen todos muy bien.
Los efectos especiales son muy buenos. Cinco compañías trabajaron para hacerlos. Fue la última superproducción de Hollywood que empleó maquetas en lugar de CGI, aunque hay efectos especiales hechos por ordenador en la secuencia de los rayos X.
El doblaje es realmente bueno.
En la banda sonora tenemos al maestro Jerry Goldsmith que recibió críticas porque decían que no tenía un tema, estilo Indiana Jones o James Bond, Goldsmith discrepó y dijo que sí lo tenía pero que no era «el típico tema que la gente silba al salir del cine». Ese tema posee un cierto parecido a otro de la banda sonora de Conan, el bárbaro.
NOTA 10 DE 10
Hace poco se hizo una nueva versión que no le llegaba ni a la suela de los zapatos. Si no habéis visto esta hacedlo y si sí lo habéis hecho, cualquier momento es bueno para volverlo a hacer.