El hombre de acero es una película de ciencia ficción realizada en coproducción entre Canadá, EE.UU. e Inglaterra y dirigida por Zack Snyder.
Antes de empezar agradecer a la Warner el haber traducido el título.
Y antes de ir a la película, unas cuantas cosillas...
No creo que haya nadie en el mundo que no sepa quién es Supermán. Quién más quién menos sabe que es un tío con una capa y los calzoncillos por fuera que puede volar, es muy fuerte y muy estadounidense. Es tal el conocimiento de este súper héroe que la entrada que más visitas ha tenido mi blog es esta, en la que no hablo de nada relacionado con esta película.
Este súper héroe salió de la cabeza de Jerry Siegel y Joe Suster en 1932, aunque su primera aventura no salió a la luz hasta seis años más tarde. Desde entonces son incontables las historietas publicadas, bueno no, son contables, pero no sé la cantidad exacta.
En los tebeos ha habido cruces que han creado historias tan curiosas como un Supermán Tarzán, la nave en la que iba el pequeño Jor El cayó en África en vez de en EE.UU. Ha habido un Supermán Batman, la nave cayó en Gotham en lugar de en Metrópolis. Un Supermán comunista, el bebé cayó en la URSS en lugar de en los EE.UU. e incluso un Supermán zombi. ¿Que a qué viene esto? A que en esta película han querido hacer un nuevo Supermán y no lo han hecho muy bien, al menos para mí.
También ha habido versiones de Supermán en la televisión (en carne y hueso y dibujos). Ha habido versiones de Supermanes patrios como el hindú, el turco, e incluso el español, aunque SuperLópez es (era) otro cantar.
La anterior versión cinematográfica, la protagonizada por Christopher Reeve, contó con tres secuelas y media protagonizadas por él. Lo de la media lo digo porque de la segunda parte hay dos versiones, una de Richard Lester y otra de Richard Donner, que no he visto. En el 2006 se intentó relanzar la saga con un nuevo actor y una película que tenía una historia que creo que en teoría iba entre la segunda y tercera parte.
No miento al decir que las películas de súper héroes están arrasando y que ese ha debido ser el motivo principal por el que quisieron relanzar al chico de la capa roja. Para ello se hicieron con la ayuda de quienes relanzaron a Batman y les dieron carta blanca. Ellos se decidieron a hacer una versión más realista, contarnos la historia tratando de hacernos ver qué «Supermán es un extraterrestre que no quiere que la humanidad sepa de su existencia». El caso es que los rumores desde el comienzo eran constantes, hubo protestas cuando los admiradores se enteraron de que querían un Supermán sin capa y sin calzoncillos, aunque resultó que era porque la capa se iba a hacer, se hizo, por ordenador.
Todo el mundo esperaba con ansia la nueva versión de Supermán. Si con el caballero oscuro habían conseguido obras maestras con el héroe por antonomasia lo harían muchísimo mejor, se decían algunos. Y... Bueno... ni fu ni fa.
Supermán no es que me entusiasme, de las anteriores películas solo recuerdo la segunda y la tercera parte, la de Richard Pryor. Y de los tebeos solo he leído un recopilatorio que tenía un tío mío hace años en el que contaban los primeros años de Supermán en la tierra, en su pueblo que en esas historietas se llamaba Villa Chica.
Ahora sí, a la película. Seré breve.
Comienza en el planeta Krypton. Jor-El (Russell Crowe), les cuenta a los ancianos que el planeta está a punto de espicharla porque no han sido listos y han acabado con todos sus recursos. No le hacen ni caso. Pero él y su santa esposa Lara (Ayelet Zurer) han concebido un niño, en ese planeta los niños no se pueden tener de la manera natural, que será la salvación de Krypton. El matrimonio decide enviar a su hijo, junto con un USB kriptoniano, a la Tierra. El caso es que aparece Zod (Michael Shannon) y da un breve golpe de estado, lo justo para matar a su amigo Jor-El y ser apresado, juzgado y encarcelado en la zona fantasma junto a quienes le ayudaron. Muy inteligentes no eran los de Krypton porque en vez de evacuar el planeta, pierden el tiempo juzgando a Zod y los suyos.
Pero si habéis supuesto que vemos como llega la nave a la Tierra y como el bebé es adoptado y tal, estáis equivocados ya que vemos a Clark Kent (Henry Cavill) ya crecido salvando a gente de una plataforma petrolífera. En esta película Supermán no es Supermán hasta pasados los treinta años, no se da a conocer por una promesa que le hace a su padre terrestre (Kevin Costner), que muere de una forma un pelín rebuscada.
Y antes de ir a la película, unas cuantas cosillas...
No creo que haya nadie en el mundo que no sepa quién es Supermán. Quién más quién menos sabe que es un tío con una capa y los calzoncillos por fuera que puede volar, es muy fuerte y muy estadounidense. Es tal el conocimiento de este súper héroe que la entrada que más visitas ha tenido mi blog es esta, en la que no hablo de nada relacionado con esta película.
Este súper héroe salió de la cabeza de Jerry Siegel y Joe Suster en 1932, aunque su primera aventura no salió a la luz hasta seis años más tarde. Desde entonces son incontables las historietas publicadas, bueno no, son contables, pero no sé la cantidad exacta.
En los tebeos ha habido cruces que han creado historias tan curiosas como un Supermán Tarzán, la nave en la que iba el pequeño Jor El cayó en África en vez de en EE.UU. Ha habido un Supermán Batman, la nave cayó en Gotham en lugar de en Metrópolis. Un Supermán comunista, el bebé cayó en la URSS en lugar de en los EE.UU. e incluso un Supermán zombi. ¿Que a qué viene esto? A que en esta película han querido hacer un nuevo Supermán y no lo han hecho muy bien, al menos para mí.
La anterior versión cinematográfica, la protagonizada por Christopher Reeve, contó con tres secuelas y media protagonizadas por él. Lo de la media lo digo porque de la segunda parte hay dos versiones, una de Richard Lester y otra de Richard Donner, que no he visto. En el 2006 se intentó relanzar la saga con un nuevo actor y una película que tenía una historia que creo que en teoría iba entre la segunda y tercera parte.
No miento al decir que las películas de súper héroes están arrasando y que ese ha debido ser el motivo principal por el que quisieron relanzar al chico de la capa roja. Para ello se hicieron con la ayuda de quienes relanzaron a Batman y les dieron carta blanca. Ellos se decidieron a hacer una versión más realista, contarnos la historia tratando de hacernos ver qué «Supermán es un extraterrestre que no quiere que la humanidad sepa de su existencia». El caso es que los rumores desde el comienzo eran constantes, hubo protestas cuando los admiradores se enteraron de que querían un Supermán sin capa y sin calzoncillos, aunque resultó que era porque la capa se iba a hacer, se hizo, por ordenador.
Todo el mundo esperaba con ansia la nueva versión de Supermán. Si con el caballero oscuro habían conseguido obras maestras con el héroe por antonomasia lo harían muchísimo mejor, se decían algunos. Y... Bueno... ni fu ni fa.
Supermán no es que me entusiasme, de las anteriores películas solo recuerdo la segunda y la tercera parte, la de Richard Pryor. Y de los tebeos solo he leído un recopilatorio que tenía un tío mío hace años en el que contaban los primeros años de Supermán en la tierra, en su pueblo que en esas historietas se llamaba Villa Chica.
Ahora sí, a la película. Seré breve.
Comienza en el planeta Krypton. Jor-El (Russell Crowe), les cuenta a los ancianos que el planeta está a punto de espicharla porque no han sido listos y han acabado con todos sus recursos. No le hacen ni caso. Pero él y su santa esposa Lara (Ayelet Zurer) han concebido un niño, en ese planeta los niños no se pueden tener de la manera natural, que será la salvación de Krypton. El matrimonio decide enviar a su hijo, junto con un USB kriptoniano, a la Tierra. El caso es que aparece Zod (Michael Shannon) y da un breve golpe de estado, lo justo para matar a su amigo Jor-El y ser apresado, juzgado y encarcelado en la zona fantasma junto a quienes le ayudaron. Muy inteligentes no eran los de Krypton porque en vez de evacuar el planeta, pierden el tiempo juzgando a Zod y los suyos.
Pero si habéis supuesto que vemos como llega la nave a la Tierra y como el bebé es adoptado y tal, estáis equivocados ya que vemos a Clark Kent (Henry Cavill) ya crecido salvando a gente de una plataforma petrolífera. En esta película Supermán no es Supermán hasta pasados los treinta años, no se da a conocer por una promesa que le hace a su padre terrestre (Kevin Costner), que muere de una forma un pelín rebuscada.
Descubren una nave espacial que lleva enterrada en la nieve del Canadá no sé cuántos milenios, originalidad a tope, y Lois Lane (Amy Adams, guapa chica que en algunos planos me recuerda a la Señora Brisby y no lo digo en plan coña ya que esa película me encanta) que es una reportera dicharachera va a verlo y descubre que Clark también anda por ahí. Clark usa el USB Kryptoniano y aparece el espíritu de su padre.
Llegan a nuestro planeta el General Zod y su gente, la que más me ha llamado la atención es Faora-Ul (Antje Traue), en un claro homenaje a la segunda parte antes mentada, y amenazan a la Tierra si no le dan a su ciudadano perdido. Y Supermán se sacrifica por nosotros, pero el espíritu de su padre que vive en el USB se le aparece en la nave de los malos y le salva. Zod y compañía han incumplido su palabra, como habréis supuesto, y una vez tienen a Kal-El se disponen a transformar nuestro planeta para hacer un nuevo Krypton.
Como habréis supuesto una vez más Supermán ganará. Y en un final en el que hay una clara crítica a la política de Obama y sus aviones no tripulados pedirá que le dejen ser uno más y no le tengan miedo.
En esta versión cambian tanto las cosas que cantan a cualquiera que conozca al personaje, le guste mucho o poco. Cosas como la de que Supermán no se de a conocer hasta pasados los 30 (Smalville no existe para esta gente), que Lois Lane conozca la identidad del héroe desde el principio (Os recomiendo que veáis esto), que la S no sea de Supermán sino de «Speranza», o que solo se le llame Supermán una sola vez en toda la película.
Es una película sin corazón, podía haber dado mucho más de sí porque algo tiene. Dura casi dos horas y media y hasta casi el final no hay nada emocionante, supongo que el querer hacerla realista y tratar de hacer un nuevo Caballero Oscuro tenga algo que ver.
Los actores no lo hacen mal.
Los efectos especiales son la releche. Las escenas de acción varían en emoción, las de Krypton son muy planas y las de la Tierra solo emocionan casi al final.
El doblaje es bastante bueno. El que peor lo hace es Claudi Domingo que interpreta a Zod.
Hans Zimmer no ha hecho su mejor trabajo en esta película. Es una banda sonora muy aparatosa, además el que no esté la entradilla de John Williams me ha defraudado aunque lo vea lógico.
NOTA 5,99099016 DE 10
Espero que Lorena no se enfade conmigo por la nota, pero aunque la película no es lo que me esperaba tiene sus momentos.
Me despido con el tema principal.
Ah... Que no es este. Pero ya no tengo ganas de borrarlo... Ahí queda.