Objetivo: La Casa Blanca es una película de acción estadounidense dirigida por Antoine Fuqua.
Desde que en 1988 se estrenase Jungla de cristal decenas de películas la han imitado con mayor o menor fortuna. Esta película es una de esas hijas bastardas. Pero la más afortunada, si se hubiese puesto de nombre al protagonista John McClane tendríamos una secuela perfecta... mucho mejor que «Jungla de cristal. La venganza».
El guion es el primero escrito por el matrimonio compuesto por Creighton Rothenberger y Katrin Benedikt.
Comienza presentándonos al protagonista en su trabajo. Su nombre es Mike Banning (Gerard Buttler) y su trabajo, ser el jefe del servicio secreto del presidente useño (Aaron Eckhart). Es uno más de la familia, le quiere el presi, le quiere la esposa del presi y le quiere el hijo del presi. La familia sale a una fiesta protocolaria y en el trayecto se produce un accidente fortuito y muere la esposa del presi.
Mike es apartado del servicio. Pasan los meses y el presidente tiene una reunión con el primer ministro surcoreano para tratar sobre la tensión entre su país y la beligerante dictadura del norte, pero mientras esto sucede aparece un enorme avión que se dedica a masacrar por toda la ciudad. El presidente y sus visitantes son llevados al búnker de seguridad.
Mike, que aunque no trabaja para el servicio secreto trabaja cerca de la Casa Blanca, sale de su puesto al escuchar los tiros y las explosiones y se acerca a su antiguo puesto de trabajo justo a tiempo para ver que se está montando un pifostio del quince. En serio, la escena de la toma de la Casa Blanca es alucinante, muy emocionante, de lo mejorcito que he visto en años. Mike logra entrar en la Casa Blanca y sobrevivir a la masacre gracias a su adiestramiento y a su conocimiento de la misma... o sea porque es el prota que si no.
El servicio secreto estadounidense demuestra que no tiene muchas luces y es masacrado por los invasores. Mientras, en el búnker, ya habréis supuesto qué ocurre. Kang (Rick Yune) ,el malo, ha secuestrado al presidente y a su gente con la ayuda de un traidor (Dylan McDermott). En el exterior se sigue con el protocolo y hacen presidente, en funciones, al segundo (Morgan Freeman), que tiene que lidiar con este problemón ya que Kang exige la retirada de los EE.UU. de toda la zona cercana a Corea.
Mientras Mike va haciendo lo que tiene que hacer en la Casa Blanca, matar a los malos sin piedad ni ñoñerías. Consigue ponerse en contacto con la jefa del servicio secreto (Ángela Bassett) y va poniendo al día de lo que ocurre dentro a las fuerzas vivas estadounidenses.
Y bueno, ya sabéis como acabará: Bien.
Repito que es una digna sucesora, sin serlo, de Jungla de cristal. Hay muchas referencias a esa película, no sé si intencionadas o no. Desde la escena en que se encuentran el traidor y el prota, hasta una escena en la que helicópteros quieren posarse en la terraza de la Casa Blanca. Tiene las típicas escenas patrioteras, como es lógico.
Los actores lo hacen muy bien todos.
Las escenas de acción están muy bien hechas. Repito que la entrada a la Casa Blanca me ha encantado.
Tiene efectos especiales hechos por ordenador en cosas que ni imaginaríais.
El doblaje es muy bueno aunque, a lo mejor es cosa mía, a Pepe Mediavilla, doblador de Morgan Freeman, le noto cansado.
Trevor Morris lo borda a la hora de poner música.
Si os gustó Jungla de cristal esta película no os parecerá mala.
El guion es el primero escrito por el matrimonio compuesto por Creighton Rothenberger y Katrin Benedikt.
Comienza presentándonos al protagonista en su trabajo. Su nombre es Mike Banning (Gerard Buttler) y su trabajo, ser el jefe del servicio secreto del presidente useño (Aaron Eckhart). Es uno más de la familia, le quiere el presi, le quiere la esposa del presi y le quiere el hijo del presi. La familia sale a una fiesta protocolaria y en el trayecto se produce un accidente fortuito y muere la esposa del presi.
Mike es apartado del servicio. Pasan los meses y el presidente tiene una reunión con el primer ministro surcoreano para tratar sobre la tensión entre su país y la beligerante dictadura del norte, pero mientras esto sucede aparece un enorme avión que se dedica a masacrar por toda la ciudad. El presidente y sus visitantes son llevados al búnker de seguridad.
Mike, que aunque no trabaja para el servicio secreto trabaja cerca de la Casa Blanca, sale de su puesto al escuchar los tiros y las explosiones y se acerca a su antiguo puesto de trabajo justo a tiempo para ver que se está montando un pifostio del quince. En serio, la escena de la toma de la Casa Blanca es alucinante, muy emocionante, de lo mejorcito que he visto en años. Mike logra entrar en la Casa Blanca y sobrevivir a la masacre gracias a su adiestramiento y a su conocimiento de la misma... o sea porque es el prota que si no.
El servicio secreto estadounidense demuestra que no tiene muchas luces y es masacrado por los invasores. Mientras, en el búnker, ya habréis supuesto qué ocurre. Kang (Rick Yune) ,el malo, ha secuestrado al presidente y a su gente con la ayuda de un traidor (Dylan McDermott). En el exterior se sigue con el protocolo y hacen presidente, en funciones, al segundo (Morgan Freeman), que tiene que lidiar con este problemón ya que Kang exige la retirada de los EE.UU. de toda la zona cercana a Corea.
Mientras Mike va haciendo lo que tiene que hacer en la Casa Blanca, matar a los malos sin piedad ni ñoñerías. Consigue ponerse en contacto con la jefa del servicio secreto (Ángela Bassett) y va poniendo al día de lo que ocurre dentro a las fuerzas vivas estadounidenses.
Y bueno, ya sabéis como acabará: Bien.
Repito que es una digna sucesora, sin serlo, de Jungla de cristal. Hay muchas referencias a esa película, no sé si intencionadas o no. Desde la escena en que se encuentran el traidor y el prota, hasta una escena en la que helicópteros quieren posarse en la terraza de la Casa Blanca. Tiene las típicas escenas patrioteras, como es lógico.
Los actores lo hacen muy bien todos.
Las escenas de acción están muy bien hechas. Repito que la entrada a la Casa Blanca me ha encantado.
Tiene efectos especiales hechos por ordenador en cosas que ni imaginaríais.
El doblaje es muy bueno aunque, a lo mejor es cosa mía, a Pepe Mediavilla, doblador de Morgan Freeman, le noto cansado.
Trevor Morris lo borda a la hora de poner música.
NOTA 8,19970016 DE 10
Si os gustó Jungla de cristal esta película no os parecerá mala.