Postal es una comedia coproducida entre Alemania, Canadá y los Estados Unidos dirigida por Uwe Boll.
No hay tráiler en español.
Sobre Uwe Boll se ha escrito de todo y casi nunca bueno. Se dice que sus películas son pésimas, y más o menos lo son, aunque mirando su ficha hay dos que tienen un seis de media así que a ver si las consigo. Esta película está basada en el juego Postal 2, no soy nada jugón así que no he jugado con el y si se parece en algo a la película no creo que juegue.
Comienza con una escena graciosa, dos terroristas musulmanes van en un avión emocionados con la recompensa de vírgenes que les esperarán una vez muertos, para cerciorarse que es esa cantidad la que tendrán llaman a Osama que les viene a decir que lo de la cantidad de hurís no es exacta. Los terroristas deciden no atentar e irse al Caribe, pero en ese momento entran los pasajeros a la cabina y... el final de la escena ya no me hizo mucha gracia.
Después conocemos al tío Dave (Dave Foley), líder de una de esas muchas sectas que existen en territorio useño, que ha escrito un libro con chorradas y que tiene a un fanático como ayudante (Chris Coppola) que se ha creído todas esas chorradas. Además tiene muchas chicas a su disposición.
Conocemos a un policía racista y mala persona (Chris Spencer) que por como se comporta y las cosas que hace nos hace pensar que el señor Boll ha visto Torrente un par de veces como poco.
Y ahora viene el protagonista al que todos llamarán Postal (Zack Ward), un pringadete que tiene una mujer con obesidad mórbida que le pone los cuernos y le trata a patadas. Dave trata de conseguir trabajo y de ser honrado, pero, como habréis supuesto, nada le saldrá bien y cambiará por completo al tener que lidiar con los fanáticos seguidores del tío Dave, casualmente tío verdadero de Postal, y los terroristas de Osama.
La película es mala en un 87% del metraje, pero tiene algún que otro punto simpático.
Tiene también cosas zafias, que no sé a quién podrán hacer gracia, aparte de a su director, escritor y productor. Pero con todo y con eso, le da tres vueltas a esta cosa.
De los actores solo puedo decir que hacen su trabajo medianamente bien el protagonista y del que hace de Osama (Larry Thomas), que es muy simpático. El resto son malas, pésimas e inexistentes actuaciones.
No se salva nada más, porque la fotografía es malona, los efectos especiales no son del otro mundo, la ambientación cutrona.
El doblaje es curiosillo.
De la banda sonora se encarga Jessica de Rooij y es bastante buena para lo que es está película.
Comienza con una escena graciosa, dos terroristas musulmanes van en un avión emocionados con la recompensa de vírgenes que les esperarán una vez muertos, para cerciorarse que es esa cantidad la que tendrán llaman a Osama que les viene a decir que lo de la cantidad de hurís no es exacta. Los terroristas deciden no atentar e irse al Caribe, pero en ese momento entran los pasajeros a la cabina y... el final de la escena ya no me hizo mucha gracia.
Después conocemos al tío Dave (Dave Foley), líder de una de esas muchas sectas que existen en territorio useño, que ha escrito un libro con chorradas y que tiene a un fanático como ayudante (Chris Coppola) que se ha creído todas esas chorradas. Además tiene muchas chicas a su disposición.
Conocemos a un policía racista y mala persona (Chris Spencer) que por como se comporta y las cosas que hace nos hace pensar que el señor Boll ha visto Torrente un par de veces como poco.
Y ahora viene el protagonista al que todos llamarán Postal (Zack Ward), un pringadete que tiene una mujer con obesidad mórbida que le pone los cuernos y le trata a patadas. Dave trata de conseguir trabajo y de ser honrado, pero, como habréis supuesto, nada le saldrá bien y cambiará por completo al tener que lidiar con los fanáticos seguidores del tío Dave, casualmente tío verdadero de Postal, y los terroristas de Osama.
La película es mala en un 87% del metraje, pero tiene algún que otro punto simpático.
Tiene también cosas zafias, que no sé a quién podrán hacer gracia, aparte de a su director, escritor y productor. Pero con todo y con eso, le da tres vueltas a esta cosa.
De los actores solo puedo decir que hacen su trabajo medianamente bien el protagonista y del que hace de Osama (Larry Thomas), que es muy simpático. El resto son malas, pésimas e inexistentes actuaciones.
No se salva nada más, porque la fotografía es malona, los efectos especiales no son del otro mundo, la ambientación cutrona.
El doblaje es curiosillo.
De la banda sonora se encarga Jessica de Rooij y es bastante buena para lo que es está película.
NOTA 3,901809212 DE 10
Si sois de los que os reís con películas del tipo «Loquesea movie» os encantará. Si no os van de ese tipo de películas ni la veáis, aunque tiene un par de puntos simpáticos.