Transformers one es una película useña de ciencia ficción dirigida por Josh Cooley.
No podemos negar que el tráiler llama mucho la atención, pero después de las últimas películas de la saga en «metal y hueso» me daba cosilla verla.
En 2014, tras el estreno de la película Transformers: la era de la extinción, Spielberg y los otros productores decidieron crear una mesa de escritores para idear más aventuras, y esta sobre la que os escribimos fue de las primeras en salir. La producción se fue retrasando y en 2020 se dio luz verde al proyecto.
El presupuesto, según la compañía, fue de 75 millones de dólares pero según otras fuentes ascendió a 147. La recaudación a nivel mundial fue de 129 millones, lo que la convierte en un fracasazo en toda regla. Y es una pena porque la película está muy bien, y es más pena aún porque tiene un final muy abierto ya que querían hacer una trilogía y me quedo con las ganas de saber qué pasa ya que han quedado descartadas las continuaciones de esta, aunque no de la saga en «metal y hueso» ya que al parecer vuelve Michael Bay.
Comienza la historia presentándonos a Orion Pax (Ivan Labanda) un transformer minero que trata de encontrar alguna pista sobre dónde se encuentra «la matriz del liderazgo» ya que con ella podrá volver a fluir el energón que es muy escaso en Cybertrón. La matriz desapareció tras el combate que los Primes mantuvieron contra los invasores Quintesons y en el que todo, menos el lider Sentinel prime murieron.
Orion es descubierto y perseguido por unos guardias y escapa gracias a su amigo D-16 (Carles Lladó). Ambos son admiradores de Sentinel Prime (Jordi Ribes), el líder de Cybertrón. Cierto día mientras están en la mina hay una explosión y los dos amigos salvan a un compañero a pesar de que Elita-1 (Cristina López), su encargada, se lo había prohibido.
El día de una competición muy importante en el planeta Orion engaña a su amigo y ambos participan. Están a punto de ganar y aunque no lo consiguen su gesto admira al resto de habitantes.
Sentinel les alaba y les dice que hará que sean famosos y tal, pero... Son llevados al nivel más bajo del planeta. Allí conocen a B-127 (David Jenner) un transformer parlanchín que lleva encerrado desde hace ni se sabe y tiene tres muñecos haciéndole compañía. Descubren que uno de los muñecos tiene un mapa en el que es posible que se encuentre lo que Orion anda buscando y deciden salir al exterior a buscarlo. La única manera de hacerlo es en un tren. Tren en el que, desgraciadamente, está Elita-1. Al salir quedan alucinados y tras un par de incidentes descubren que hay un Prime superviviente, Alpha trion (Tony Aguilar) que les cuenta que Sentinel es un traidor. Al principio no le creen, pero entonces ven algo.
D-16 se enfada mucho y quiere acabar con quien hasta ese momento era su admirado líder. Para ello deberán volver a la ciudad, pero lo que era una bonita amistad acabará siendo lo que ya todos sabemos.
La verdad es que me ha gustado mucho, más que las de «metal y hueso». Empieza flojilla, pero desde que salen al exterior del planeta y descubren la traición la cosa mejora. Repito que es una pena que no vayan a continuarla.
Me sorprendió gratamente, saqué una amplia sonrisa al verlo, que al empezar los créditos finales apareciera en letras grandes el nombre Steven Spielberg, pensé: será posible que Spielberg vuelva a hacer películas de Spielberg. Luego caí en cuenta que es productor del resto de la saga, que Spielberg ya no hará, ni producirá, más películas de Spielberg y sonreí menos.
La animación es muy buena.
El doblaje está muy bien.
De la música se encarga Brian Tyler y lo hace muy bien, como suele.
NOTA 7, 1701721 DE 10
Dadle una oportunidad, tanto si os gustan los Transformers como si no, mejor que cualquier cosa de Disney es.
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